La Amputación Traumática Y La Rehabilitación Emocional
Este artículo es una pequeña guía de apoyo a las personas que padecen de amputación. Dejando claro que cada persona, cada lesión son diferentes. Los procedimientos, tratamientos y decisiones, son la sumatoria de conceptos de los profesionales que atienden al paciente.
Adaptarse a este cambio no es algo sencillo, es doloroso tanto en el aspecto físico como el emocional. El reconocimiento de su cuerpo en la nueva condición lleva a enfrentar al paciente nuevos retos y vivenciar sentimientos de frustración ante situaciones que antes de padecer la amputación eran sencillas.
Salvar la Vida y la Salud
Lógicamente la prioridad del personal de la salud al momento de acompañar a un paciente en un proceso de amputación es salvar su vida y lo concerniente.
Alcanzado este importante objetivo, se inicia toda una historia de búsquedas y logros para la reintegración del paciente a la vida normal y productiva.
La Rehabilitación
“La rehabilitación es un proceso en el cual se incluye el manejo físico, psicológico, ocupacional y no solo la simple restitución del miembro amputado”
Doctor Julio Díaz González del Centro Nacional de Rehabilitación. La Habana, Cuba. http://bvs.sld.cu/revistas/mfr/v8n1_16/mfr04116.htm
La Rehabilitación Física y la Rehabilitación Ocupacional
En la práctica (mayoría de los casos), el proceso termina ocupándose solo del reacondicionamiento físico del paciente. Mejorar o tratar de recuperar la funcionalidad y habilidades motoras y motrices.
En la mayoría de los casos el proceso finaliza con la implementación de prótesis, órtesis u otros dispositivos o aparatos (todo según el tipo de lesión).
Para lograr esto uno de los aspectos fundamentales es que el paciente tenga una correcta cicatrización y que el muñón quede en condiciones óptimas para el proceso de protetización, así evitaría procesos dolorosos e incomodos para adaptarse a la prótesis ideal según los recursos y necesidades propias.
La Rehabilitación Emocional
La atención profesional oportuna, adecuada; sumada a la capacidad de superar las adversidades y el apoyo familiar son fundamentales para que el paciente que vive la amputación se reintegre a una vida productiva y mejore su calidad de vida. El entorno familiar se convierte en pilar; así como el círculo de personas allegadas, entre amigos y compañeros de trabajo.
Las Adaptaciones al Cambio
Algo muy claro es que el paciente sigue con vida, pero para la mayoría sin pretender generalizar, esta vida es diferente y requiere una serie de adaptaciones al “nuevo entorno”, porque aunque sigan siendo las mismas situaciones, lugares y circunstancias, no las vera igual nuevamente.
El único pensamiento y necesidad real que tienen la mayoría de pacientes amputados en el proceso de recuperación, es el deseo constante de mitigar las miradas, las preguntas, los “que pesar”, los “¿Por qué?”, los “¿Qué le sucedió?”, entre otros comentarios más.
Estado Emocional y Resiliencia
Este proceso de recuperación juega como principal actor la condición mental en la que se encuentre el paciente, el manejo de las emociones, la resolución de problemas ya que puede llegar a vivir una incongruencia entre la necesidad y la realidad, llevando al paciente a estar en constantes estados de depresión y ansiedad.
En gran medida las consecuencias emocionales son más profundas. Algunos pacientes experimentan tristeza, depresión, irritabilidad y ansiedad. La familia, allegados y de manera especial el cuidador principal, pueden también sentirse muy afectados, confundidos, sin apoyo, y con sentimientos de frustración.
Las secuelas mentales se deben trabajar, por lo tanto es fundamental que exista una preparación psicológica o psiquiátrica antes de la operación, o posterior a esta; así el proceso de protetización sea más llevadero tanto para el paciente como para el cuidador, los familiares o los allegados. Evitando o manejando de una forma adecuada factores de rechazo, inconformidad, ansiedad, depresión, que llevan a mermar la calidad de vida.
Para este adecuado y sano manejo de los sentimientos y emociones ante el proceso de protetización, varios factores determinan la respuesta de un paciente ante este tipo de situación: Como principal factor esta su capacidad de resiliencia (capacidad para adaptarse positivamente a situaciones adversas), el apoyo que reciba de sus seres queridos, su rol en el hogar, su edad, su trabajo y estabilidad económica y las circunstancias en que se da la pérdida.
Como ejemplo: perder una extremidad sea cual sea el tipo de amputación, probablemente tenga un impacto mayor en un paciente joven, lleno de proyectos, el cual no cuente con una buena red de apoyo, que sostenga económicamente su hogar materno, y que no reciba orientación psicológica antes o posterior al proceso de la cirugía. A un adulto mayor, jubilado, con una red de apoyo estable, que vivió un acompañamiento psicológico desde el momento que le informaron del proceso de amputación por diabetes. Sin embargo no se puede generalizar, no todos las personas al tener una pérdida de un miembro caen en depresión.
¿Cómo Afecta el Factor Económico?
Al gran impacto emocional que vive el paciente se adiciona el impacto económico. El proceso que desemboca en la amputación y rehabilitación, implica en ocasiones grandes gastos para la familia. Más, cuando el paciente no está cubierto por ningún seguro, ni por el sistema de salud, ni seguridad social. En los países del tercer mundo el sistema político es precario cuando se trata de brindar apoyo a este grupo de personas.
Principales motivos para que no todos puedan acceder a una prótesis moderna o al dispositivo indicado, diseñado para cubrir las verdaderas necesidades de los pacientes.
Factor que influye exponencialmente para llevar a un estado emocional deficiente, donde las esperanzas de mejorar su calidad de vida se ven frustradas.
El Miembro Fantasma
Otro factor o consecuencia a la cual se debe enfrentar el paciente es que luego de la amputación de una extremidad puede sentir que todavía la tiene, experimenta dolor, hormigueo o punzadas. Este fenómeno es conocido como miembro fantasma; se presenta incluso en individuos que han recibido orientación psicológica antes de someterse a la cirugía. Las terapias de manejo del dolor, el apoyo psicológico y los medicamentos, contribuyen a reducir la frecuencia e intensidad de estos episodios de dolor.
Conclusiones
Además de la adecuada atención física, lo ideal es el acompañamiento profesional al paciente, durante todo el proceso de amputación, principalmente en la rehabilitación.
El apoyo que sienta por parte de los miembros de su familia, cuidador, allegados o compañeros de trabajo.
La más adecuada asesoría en el proceso de protetización .
No perder las esperanzas, vivir las situaciones como retos positivos, aprender de cada dificultad y avanzar.
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